Cuando pienso en un enemigo me siento furioso con él
Quizá ya leíste, en alguna parte de este sitio, que la meditación se apoya en el hecho de que hay un espacio entre estímulo y respuesta. Por lo tanto, (suponiendo que estamos atentos), podemos tomar decisiones en ese espacio. Podemos elegir cómo responder en determinada situación. La psicología budista hace una interesante distinción entre sentimiento y emoción, lo cual nos da una luz que alumbra el bache.
Sentimiento
La gente usa las palabras sentimiento y emoción casi indistintamente pero, en la psicología budista, sentimiento se refiere a nuestros gustos y disgustos básicos, viscerales. Los sentimientos son, en esencia: agradables, desagradables o neutros.
Son respuestas automáticas. No tenemos control sobre ellas. Hay cosas que no nos gustan de ciertas personas en un momento dado (aunque, con el tiempo, lo que nos gusta o nos disgusta puede variar).
Emoción
Por otra parte, la emoción se refiere a las respuestas activas que surgen de esos sentimientos. Si tenemos un sentimiento desagradable, podemos reaccionar con rencor (que es una emoción). Si no somos conscientes, esas respuestas emocionales surgen de manera automática. En cambio, si estamos atentos, podemos elegir cómo responder.
Cuando traes a la mente a alguien con quien no te llevas bien, estás despertando una serie de asociaciones desagradables que vienen junto con esa persona. esto da lugar a sentimientos desagradables. Entonces, pueden suceder dos cosas. Si no estamos conscientes, es probable que surja una respuesta emocional de rencor, derivada de esos sentimientos desagradables.
Sin embargo, si nos mantenemos atentos, tenemos posibilidad de escoger. Podemos experimentar la sensación desagradable que surge espontáneamente y elegir desearle a esa persona que esté bien.
Aprender a estar cómodos con la incomodidad
Es importante recordar que no todo lo desagradable es necesariamente “negativo”. Un ejemplo es la “vergüenza”. No es agradable sentirse avergonzado, pero en términos de la psicología budista se considera positivo, porque es una emoción que se basa en sensibilidad ética.
Tampoco todo lo que es agradable es positivo. ¡Claro que no! Podríamos sentir placer al ser groseros y la descortesía es un estado emocional negativo.
Algo que tenemos que aprender con la meditación es a sentirnos cómodos con la incomodidad. De esa manera, no reaccionaremos de un modo inadecuado ni crearemos estados emocionales negativos que sólo nos llevarían a un mayor sufrimiento en el futuro.
Dejar que se disipe el rencor
Volviendo a ti y a esa persona difícil, si estamos conscientes de la diferencia entre sentimiento y emoción, podremos estar más cómodos con la incomodidad de los sentimientos desagradables, sin que por éstos se despierte el rencor. Cuando surja el rencor, hazte consciente de él y decide hacer que se desvanezca. Con la práctica, verás que la atención consciente se fortalece y las emociones positivas se desarrollan y se despliegan.