Cabeza
Es muy importante la posición de la cabeza. Debe estar equilibrada, que casi parezca flotar sin esfuerzo sobre la punta de tu columna vertebral. Imagina que tu coronilla está colgada del hilo de un globo que sube y la eleva. Tu barbilla debe estar ligeramente recogida y la nuca alargada y relajada. Al meter la barbilla siente cómo los músculos de la nuca se relajan y se alargan.
Si metes demasiado la barbilla y tu cabeza se agacha, quizá tiendas a sentirte adormilado, o puedes caer en ciclos repetitivos de emociones, normalmente no muy positivas.
Si echas la cabeza muy atrás, de modo que tu barbilla se eleve, notarás que tiendes a ponerte pensativo y un poco “acelerado”.
Pero cuando recoges bien la barbilla, puedes estar al tanto de tus pensamientos y de tus emociones sin perderte en ninguno de ellos.