WILDMIND MEDITACIÓN BUDISTA
Trabajar la Postura

 


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Notar los Malos Hábitos

Cuando alguien tiende a echarse demasiado al frente o atrás, por lo general, se debe a que le da a su pelvis una inclinación inadecuada. Son problemas que, a veces, se pueden corregir con tan sólo cambiar de postura. Lo mejor es que te observe un maestro experto pero, si no tienes esta opción, hay algunas pruebas que puedes llevar a cabo.

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Desliza tus manos por debajo de tus nalgas (¡apuesto a que no pensaste que meditar sería tan divertido!). Hay dos huesos que sobresalen hacia abajo; los maestros de meditación los llamamos “huesos de sentarse”. Seguro que hay un término anatómico más correcto, pero nos servirá llamarlos así. Si la parte superior de tu pelvis se ladea hacia delante (ocasionando una lordosis exagerada), los huesos de sentarse se estarán deslizando hacia la parte trasera de tus manos. Si, en cambio, ladeas la pelvis hacia atrás (haciendo que la espalda se eche para delante), los huesos de sentarse se estarán deslizando hacia el frente de tus manos. Cuando tienes la pelvis bien alineada, los huesos de sentarse apuntan directo al centro de tus manos (o de tu asiento, ¡ya que quitaste las manos!).

Lo que queremos es que tus huesos apunten directo hacia abajo y que, al mismo tiempo, tu espalda se relaje y esté cómoda. Puedes lograrlo cuando tu asiento tiene la altura correcta. Para ello, prueba diferentes alturas de cojines o de lo que elijas y nota cuando se relaje bien tu espalda y tus huesos de sentarse apunten directo hacia abajo.

Otra prueba es repetir el ejercicio de inclinar la pelvis atrás y adelante, pero pon las manos en la espalda baja, observando cómo se va para delante cuando echas la pelvis hacia atrás y se curva exageradamente si haces la pelvis para delante. Cuando tus huesos de sentarse apuntan directo hacia abajo y tu asiento tiene la altura y la inclinación correctas, entonces, tu espalda baja tendrá ese ligero hueco perfectamente cómodo.