Hombros
Si queremos crear buenas condiciones para estar atentos, necesitaremos un pecho abierto, que nos dé sensación de espacio al frente, entre los hombros. Puedes preparar ese sentido de espacio si haces unas cuantas respiraciones profundas y llenas de aire la parte superior del tórax. Conforme inhales, se elevará el frente de tu cuerpo (ve la flecha en esta foto). Siente la apertura de tu tórax y, a la vez, relaja los hombros, dejándolos caer hacia atrás (como muestra la flecha detrás de este meditador).
Si, mientras estás sentado, sientes que tus hombros se estiran, quizá necesites apoyar tus manos más alto.
Al meditar, es posible que sientas que tus hombros suben y bajan cada vez que inhalas y exhalas. Si te sintonizas con las sensaciones de tus hombros cayendo con la exhalación, podrás hacer que se relajen más profundamente.