Demasiado Inclinado hacia Delante
Si quedas muy inclinado hacia delante no podrás estar suficientemente alerta y atento al meditar. Cuando te inclinas al frente, es posible que sientas tensión en la nuca y los hombros (mira cómo, en esta foto, la nuca queda corta y apretada, en vez de estar alargada y abierta).
Hay tres causas por las que uno se va hacia el frente:
- Su asiento es muy bajo
- La inclinación de su asiento es insuficiente
- Es su tendencia natural
En la foto, el meditador tiene un asiento muy bajo. Cuando sucede esto, la pelvis se echa hacia atrás y, por eso, la espalda superior se inclina al frente, para mantener el equilibrio. Esto cierra el pecho y reduce la capacidad de respirar libremente. Si te sientas así, tenderás a sentirte obnubilado y te puedes quedar dormido si constriñes el pecho.
Otra causa por la que uno se inclina hacia adelante es que, aunque ponga el asiento a buena altura, éste está plano o no tiene una inclinación adecuada. Finalmente, a veces, echarse hacia delante sólo es una costumbre.
Después que veamos el siguiente punto, hablaremos más sobre el modo de lidiar con este problema. Lo cierto es que, con frecuencia, lo que hacemos es tratar de mantenernos derechos a fuerza de voluntad. El resultado puede ser una postura que “se ve” bien. Si estás echado hacia delante y te fuerzas para quedar derecho quizá te veas bien pero, muy pronto, esos músculos apretados sentirán dolor.